Recuerdos de un viajero: una vuelta de tuerca a mi trabajo

¡Llegó el momento! Después de exactamente 320 días de tener el render final de este cortometraje en mis manos, lo estoy haciendo público en Internet para que todo el mundo pueda verlo. ¿Por qué no lo publiqué antes? Porque estuvo dando vueltas por varios festivales de cine, pero creo que ya es hora de liberarlo.

Los recuerdos son algo bastante extraño. Son parecidos a los sueños en cierto sentido, eso casi borroso que sólo podemos ver en nuestra mente, pero que no importa lo mucho que lo intentemos, nunca vuelven a ser tan nítidos como el momento vivido.
Recuerdos de un viajero explora las maravillas de la naturaleza durante el día y la noche desde la perspectiva de un viajero que no quiere olvidar esos momentos vividos ni los lugares que ha visitado. Esto sirve como la excusa perfecta para mostrar los hermosos paisajes del norte argentino, la puna y Chile. Lugares inhóspitos con climas extremos y tan desolados que parecen de otro planeta.

La idea

En el 2013 empecé a trabajar en Norte Argentino II luego de mucha experimentación con fotografía nocturna y time-lapse para la primera entrega de la ¿trilogía?, y al poco tiempo sentí que estaba repitiendo lo que ya había hecho.

En el 2011 trabajamos junto a Karim Ayame en Tinogasta (verano 2011) y al año siguiente trabajé por mi cuenta en Norte Argentino, entonces para mi tercer time-lapse sentí que, si bien había mejorado técnicamente, desde un punto de vista narrativo las cosas eran más o menos iguales.

Entonces, durante la producción de Norte Argentino II, me propuse hacer otro cortometraje, también con la técnica del time-lapse, pero con un enfoque narrativo diferente. Así surgió la idea de realizar Recuerdos de un viajero, con la intención de contar algo diferente usando técnicas en las que ya me había especializado (o al menos eso creía, siempre se aprenden cosas nuevas).

Frame de un plano que no llegó al corte final

Así que cuando me lo crucé a Karim en Tinogasta, le propuse que hiciera el guion de este nuevo corto que tenía en mente. Se lo pedí porque quería trabajar de nuevo con él, porque pensamos bastante parecido respecto a la naturaleza, los viajes y la fotografía, y porque confiaba en que iba a hacer un muy buen trabajo porque sé que tiene facilidad para las palabras (algo que yo no, a mí se me hace más fácil contar con imagenes).

Le di un par de ideas; le conté sobre lo que me parecía que podía funcionar narrativamente (pero aclarándole que era solo una propuesta y que él tenía la palabra final), y que el corto iba a tener un ciclo visual que abarcaría desde el amanecer hasta la puesta de la Luna. Todo lo que pasaba en el medio, en ese momento no lo sabía, lo fui armando sobre la marcha.

El guión

Karim no es guionista, pero como dije, se maneja bien escribiendo. Cuando me mandó el primer guion, era en realidad un relato bastante extenso. No estaba mal, pero no era material para un guion cinematográfico. No por el contenido, sino por la cantidad de palabras y por como estaba escrito.

Esa primera versión, que “fue lo primero que salió”, tenía 513 palabras. Para un corto de unos tres minutos, que es lo que más o menos tenía en mente, iba a resultar en una narración demasiado larga.

La segunda versión cambió completamente la manera en la que estaba escrita, pero el foco de la narrativa era el mismo: un viajero rememorando su paso por el norte, la puna y su relación con la naturaleza. Aquí la cosa se acortó un montón, bajó a 289 palabras y empezamos a laburar sobre esa base. Y cuando digo empezamos, yo proponía intentando no influir demasiado en los cambios, quería hacer un trabajo colaborativo.

Como esta versión sí apuntaba a algo más cinematográfico, le pedí ayuda a un par de mis profes de cine. Bah, en realidad les escribí pidiéndoles una opinión sincera. No respecto al contenido, sino más bien sobre la forma en la que estaba narrado y les mandé un corte con una narración grabada por mi con el teléfono, más que nada para que tuvieran una idea de los tiempos a los que apuntaba.

Ahí me ayudó bastante Luciano Angonoa y me tiró la posta: “es muy largo, saquenle mínimo la mitad”. Tenía razón, porque cuando hice la prueba de grabación, era tanto el texto que abrumaba y no permitía concentrarse para ver las imagenes ni escuchar la música. Era demasiada información para procesar.

Guion con anotaciones mías para el día final de grabación

Así que fuimos viéndolo junto a Karim y terminamos acortándolo a 157 palabras. Comprimimos algunas frases, pero manteniendo siempre las ideas. Luciano me insistía con que tenía que ser menos todavía, pero le dije que quería respetar al guionista y no seguir borrándole su trabajo.

La captura de los time-lapses

Hice casi todos los planos que componen este corto durante la producción de Norte Argentino II. Es decir, trabajé en dos cortos al mismo tiempo durante unos cinco años aproximadamente.

Sí, cinco años. Pero siempre me gusta aclarar que fueron cinco años de trabajo totalmente intermitente, no estuve dedicado al 100% a estas producciones, caso contrario las hubiese finalizado muchísimo antes.

Autorretrato durante una captura nocturna

Y no me dediqué de lleno porque en un principio estaba estudiando ingeniería en sistemas, carrera que abandoné. Y después porque empecé a estudiar cine, carrera que ya terminé 🙂

Al vivir en Córdoba y al no tener vehículo propio, las producciones siempre fueron y son un quilombo. Básicamente la cosa funcionaba así: cuando tenía fines de semana largo o vacaciones, aprovechaba y viajaba en colectivo a Tinogasta donde hacía base. Mientras yo iba en colectivo, mi equipo fotográfico iba en un flete, porque en el colectivo no me querían recibir tantas cosas. Por otro lado, si decidía pagarlo como equipaje extra (que económicamente no me convenía), tampoco podía llevar todo porque los taxis no paraban cuando me veían cargando tantas cosas y honestamente no sé si todo iba a entrar teniendo en cuenta que al baúl lo tienen con tanques de gas. Así que la forma más sencilla de producir era haciendo que el fletero pase por mi departamento, busque las cosas más grandes y pesadas y las lleve a Tinogasta.

Mi equipo típico de producción timelapsera

Cuando yo llegaba a Tinogasta, le pedía prestaba la camioneta a mi vieja y emprendía viaje hacia la montaña. Muchas de las salidas que hice fueron a lugares cercanos a Tinogasta, pero otros tantos viajes fueron a lugares más alejados y acompañado de amigos, entonces el costo era menor porque dividíamos gastos. Y muchas veces pasaba que mientras ellos se tiraban a dormir, yo salía a deambular por ahí con la cámara. Los viajes a veces eran exclusivamente fotográficos, otras veces no. Igual yo siempe viajaba con mi equipo para hacer capturas.

Hoy en día sigo sin tener vehículo propio lamentablemente. Creo que de no ser por esa camioneta no tendría una carrera como fotógrafo y timelapser, nunca podría haber grabado mi primer vlog ni haber realizado ninguno de mis cortometrajes. Para el tipo de fotografía que yo hago, tener un vehículo es una necesidad, así que espero en algún momento poder comprar algo para viajar y seguir produciendo audiovisuales.

La música

En mis time-lapses anteriores había usado música ya existente, desde canciones de grupos musicales, pasando por música de videojuegos y hasta música de stock. Pero en este caso quise también hacer algo diferente con lo sonoro, la idea era seguir generando cambios alrededor de la producción en todo lo que se pudiera. Por eso decidí usar música original, encargándosela a un compositor.

Cuando cursaba cine me enteré de la existencia del 48 Hour Film Project, aunque nunca me pintó participar porque suponía que era muy enquilombada la cuestión. Pero a fines del 2017 unos compañeros me invitaron a formar parte de un grupo para hacer un corto para la movida y acepté de una. Fue muchísimo más enquilombado de lo que pensaba, pero la experiencia fue genial.

Ahí lo conocí a Fermín Sampo, un compositor musical cordobés. Lo vi trabajar, escuché la música que compuso para un corto de unos seis minutos en menos de 48hs y lo que hizo me gustó, así que le conté de Recuerdos de un viajero y le pregunté si estaba interesado en ponerle música.

Por diferentes razones la música estuvo lista cerca de marzo del 2018, pero incluso teniéndola casi cocinada no empecé con el montaje porque todavía me faltaban planos por capturar.

¿Se acuerdan esta cuestión visual cíclica que les había comentado? Bueno, cuando uno no tiene todo el tiempo del mundo disponible, conseguir ciertas tomas nocturnas se vuelve súper complicado, ya sea por la temporada de la Vía Láctea, por las fases lunares o por las putas nubes.

La postproducción

En esta etapa sabía que iba a necesitar la ayuda de otras personas para poder terminar con mi corto. No tengo idea de post de sonido y tampoco tengo el equipo necesario para hacer un muy buen registro sonoro, así que acudí a una productora de sonido en Córdoba (440 Productora) para que me ayudara tanto con la grabación de la narración como con la post sonora.

Nahuel De Camillis fue quien se encargó de hacer el registro de Javier Sosa en un estudio y luego, ya con la música y video en mano, hizo la mezcla.

Tuve la oportunidad de estar presente durante todo el proceso, tanto de grabación como de post producción, y quedé encantado con la experiencia y el trato que tuvieron conmigo. El laburo no fue económico, pero lo pagué con gusto porque quedó todo impecable y exactamente como yo lo tenía en mente. Pobre Javier, lo hice repetir mil veces lo mismo. Y como soy muy curioso, a Nahuel le hice cien mil preguntas.

Los festivales

Si bien considero que mis anteriores time-lapses son cortometrajes, en este la cosa había virado hacia otro lado y tenía más sabor a cine que los otros trabajos, así que decidí que era tiempo de meterme en el mundo festivalero.

No recuerdo cómo fue que me enteré del Festival Internacional de Cine de las Alturas de Jujuy, pero fue al primero que mandé mi corto y uno de los pocos en los que quedó seleccionado.

La verdad no sabía que esperar. No sabía si mi trabajo estaba a la altura, pero tenía la esperanza de que al haber sido grabado en su mayoría en el norte de Argentina, lo iban a considerar para formar parte de la selección oficial.

Tuve la suerte de que me invitaran junto a todos los directores de los cortometrajes y largometrajes a pasar una semana en Jujuy, así que preparé mi equipo de foto, poca ropa y volé hasta San Salvador de Jujuy donde me atendieron como un rey (y además sin poner un centavo).

Ya venía haciendo vlogs para esa época, así que decidí vloggear un poco durante mi estadía por allá y terminé grabando tanto material que hice dos videos, uno sobre el festival (arriba) y otro sobre una salida fotográfica por la zona de la Quebrada (abajo).

Después de enviar el corto a ese festival, empecé a googlear y me topé con varias plataformas que permiten cargar cortometrajes y mandarlos a diferentes festivales en todo el mundo. El problema de esas plataformas es que la gran mayoría tiene un costo por festival, así que muchas veces buscaba la página oficial y revisaba si aceptaban envío vía email. No era lo ideal, porque tenía que completar mil planillas diferentes en lugar de simplemente mandar lo que ya había cargado en la plataforma, pero de esa manera me ahorré un montón de guita (que encima todo se paga en dólares).

La gran mayoría de los festivales rechazó el corto, una minoría lo aceptó para que forme parte de la selección oficial y solo en unos pocos ganó premios y/o menciones.

Mención especial en Arte Non Stop (Buenos Aires)

Premios y menciones

A la lista la sigo actualizando aquí.

El equipo

Datos de color

  • Kilómetros recorridos (aprox.): 9.500
  • Cantidad de fotografías capturadas: 12.856
  • Horas de trabajo (aprox.): 1.600
  • Emails de trabajo y festivales: 239
  • Franja temporal de trabajo: enero 2014 – abril 2019
  • Cantidad de locaciones: 18
  • Equipo: Canon 450D, Canon 600D, Canon 60D, Canon 6D, Canon 50mm, Canon 18-55 II, Tamron 17-50, Samyang 24mm, Samyang 14mm, intervalómetro genérico, Magic Lantern, dolly Stage Zero, cabezal eMotimo TB3, trípodes, filtros ND y ND graduado, intervalometro Little Bramper

Uso de los time-lapses

Si están interesados en licenciar algún time-lapse que aparece en el corto para usar en una producción audiovisual, pueden pasar por el botón que dejo abajo donde van a encontrar todos los planos disponibles para comprar de manera inmediata a través de esta web.

Ver time-lapses de Recuerdos de un viajero

Detrás de escenas

Dejo abajo una entrevista y algunas imagenes del detrás de escenas. Pueden encontrar más sobre la producción en las galerías de mi portfolio, en Facebook o Instagram, y también algunas tomas que no llegaron al corte final en mi catálogo de time-lapses.

El día anterior a la entrevista había ido a Purmamarca, me olvidé el protector solar y caminé todo el día haciendo fotos, por eso estaba completamente colorado 😛

Galería de imagenes

Press-kit

Y aquí abajo les dejo el press-kit en inglés que usé para enviar a algunos festivales internacionales:

Si ven algún error de traducción por favor avisenme, mi inglés está lejos de ser perfecto.

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